Nombre de la escuela

El nombre que nosotros habíamos propuesto proviene del "dent de lion" o "diente de león", pero nos parecía más simpático y entrañable "DANDELIÓN", que no es más que el término castellanizado, ya difundido por el uso y así lingüísticamente aceptado. La idea surgió a partir de una lectura que Germán, un papá de la escuela, propuso sobre la Biodinámica (la aplicación de los principios de la Antroposofía a la agricultura), donde el dandelión era el ingrediente principal de un preparado para abonar la tierra. R. Steiner lo llamaba "mensajero del cielo", "un órgano sensorial que percibe y atrae hacia la tierra lo mineral del cosmos, de la atmósfera que rodea la tierra"; y decía que el dandelión "percibe y media entre nuestra tierra y el cosmos". Su flor está compuesta de innumerables y diminutas flores individuales, y para muchos estudiosos de la Biodinámica, este florecer individual, trabajando solidariamente dentro de una sola flor, es reflejo de lo que debería ser nuestra conciencia social humana. El tallo es hueco, un tallo cósmico, que recibe los impulsos del cosmos y los transmite a la raíz, muy profunda y recta, también denominada “cósmica”, y a través de ella a la tierra. El tallo crece con su inflorescencia y se extiende hacia el cosmos. Cuando florece por segunda vez, se recuesta y parece mirar la tierra. Entonces la flor se vuelve semilla, y cuando las semillas están listas, el tallo se yergue por sí solo, y se reencuentra con el cosmos. Esta pelota de semillas o "panadero" semeja, a su vez, el cosmos estrellado.... Así nació este nombre, que antes había sido apenas una palabra que ni figura en el diccionario. Dandelión, proviene más bien del sonido de una charla, de un comentario…más o menos, viene a ser lo que se oye cuando alguien pronuncia “dent-de-lion” en francés. Quizás más parecido al inglés “dandelion”, pero en definitiva, ni más ni menos, sólo una manera de nombrar a una modesta planta, el diente de león. Omnipresente, en cualquier terreno, al costado del camino, desafiando los escombros o entre el césped sembrado, el diente de león cumple un ciclo a perpetuidad, a través de las estaciones.
Durante el invierno, en el seno de la tierra, la semilla y la raíz perenne del diente de león, esperan la mínima tregua del frío o que el sol se acerque lo suficiente. Entonces de allí surge una verde roseta de hojas dentadas y luego un tallo hueco que asciende hacia el sol para ofrendarle flores amarillas y ávidas de su energía.
Durante la primavera, el verano y el otoño, estas flores cumplen su ciclo una y otra vez. Cada una de ellas está formada por innumerables y diminutas inflorescencias individuales, y constituye una parábola natural de la labor solidaria que, al igual que aquel grupo de personas en aquella casita amarilla, trabajan colectivamente con un propósito único.
Tras colmarse de sol, estas flores se cierran y voltean su cabeza hacia la tierra, en actitud contemplativa, pero sólo para erguirse nuevamente y florecer una vez más. En esta ocasión en forma de una esfera de semillas voladoras, cargadas de fecundidad y la certeza de una continuidad imperecedera.

Oferta educativa

Ofrecemos los tres niveles educativos de Jardín Inicial, Primaria y Secundaria. Todos con Título de Validez Oficial emitido por el Ministerio de Educación.

"Nuestro objetivo principal es formar seres humanos libres."

Rudolf Steiner

coach

coach

Contactanos

Contact Form Demo
Contact Form Demo
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?